El bastón policial se usará con distintos objetivos, pero es importante tener el concepto que en intervenciones “complicadas” hay que realizar técnicas percutantes. Los ataques con el bastón policial deben de ser siempre con el concepto de congruencia, oportunidad y proporcionalidad que nos indica normativamente la intervención policial.
Teniendo en cuenta estos principios, los ataques se dirigirán prioritariamente a las extremidades, siendo las técnicas más contundentes dirigidas con precisión a las piernas, puesto que al ser músculos de mayor volumen las lesiones que se pudiesen producir, serán menores y a la vez se conseguirán los objetivos para poder proceder a la posterior detención del delincuente.
Las técnicas percutantes de ataque a los brazos serán de menor intensidad puesto que la lesividad puede ser mayor.
Cuando se realicen ataques con el bastón policial, siempre serán descendentes, evitando de esta forma los posibles golpes a la cabeza o a otras zonas corporales evitando complicaciones en la intervención policial.
Los ataques se realizarán con la parte delantera del bastón policial, teniendo una mayor distancia y siendo más eficaz la técnica. Así mismo la zona de sujeción del bastón ha de ser próxima al borde anterior del bastón donde el agarre sea preciso y cómodo, evitando dejar más de tres centímetros entre el final de la mano y el extremo del bastón policial.
Cuando el adversario se encuentre en el suelo, tenemos que evitar usar el bastón como arma de ataque, puesto que en esa posición, los ataques de adversario serán menos peligrosos para el agente y la misión importante será de inmovilización para su posterior detención. Desde el punto de vista social, las técnicas de ataque con el bastón a una persona que se encuentre en el suelo son detestables.
Estas nociones serán comunes, siendo indistinto que bastón policial se esté utilizando, bien sea el de madera, de goma-cuero, metal o de polímero endurecido, puesto que el principio técnico es el mismo para todos ellos.