El bastón policial es el arma ideal para complementar las inmovilizaciones y control sobre el detenido.
La defensa policial ha de tener unas características de longitud y rigidez adecuadas, para este trabajo indicado, puesto que una longitud pequeña dificulta el trabajo de amarre con las dos manos sobre el bastón, un bastón excesivamente largo entorpece ciertas tácticas de control. Lo mismo sucede con un bastón policial que no tenga una mínima rigidez, puesto que la persona a inmovilizar no cooperante tiene mucha mayores opciones de escurrirse de los agarres previos al control policial.
Salvadas estas premisas, tenemos que realizar los entrenamientos concretos y no muy complejos encaminados a precisar el posicionamiento exacto del bastón policial, sobre la parte o extremidad del cuerpo donde más óptimo sea la técnica desarrollada.
Debemos de comenzar con sujeciones por presión, principalmente sobre los brazos, puesto que es donde menos lesiones se van a producir, en intervenciones con dificultad por tener unas características demasiado agresivas o la corpulencia del oponente sea importante, se pueden hacer inmovilizaciones por presión sobre el cuello del oponente. Para este tipo de técnicas tendremos que tener una instrucción avanzada, puesto que es necesario tener el tacto suficiente para saber hasta donde tenemos que llegar con la presión y no causar unas lesiones no deseadas. Las inmovilizaciones realizadas sobre la nuez, son excesivamente peligrosas, por ello es conveniente tener este exceso de entrenamiento y no quedarnos cortos en conocimiento técnico.
Si el adversario se encuentra en el suelo, se deben realizar inmovilizaciones por presión sobre las piernas, al ser poco lesivas, sencillas de aplicación y muy contundentes por el dolor que propician.
Después de dominar las técnicas de inmovilización por presión, pasaremos a las técnicas de inmovilización por torsión, las cuales son ideales como continuidad de las primeras. Estas técnicas no hacen cerrar el cerco del control, puesto que con las mismas podemos inmovilizar y controlar sin más, proceder al engrilletamiento o trasladar y conducir al detenido.
Resumiendo el trabajo de inmovilización con el bastón policial:
- Inmovilizar por presión.
- Inmovilizar por torsión.
Zonas de actuación:
- Sobre brazos.
- Sobre cuello.
- Sobre piernas.